La fascia, el tejido invisible que conecta todo

Te propongo que te pongas de pie, cierres los ojos y sientas el cuerpo, si te cuesta, date pequeños golpecitos desde los pies hasta la cabeza, eso te ayudará. Ahora vas a realizar una rotación interna de todo tu brazo y siente: ¿Qué sucede en la pierna de ese mismo lado? Prueba ahora haciendo una rotación externa del otro brazo, ¿se mueve el resto de tu cuerpo?

Esto se explica porque existe una tela que recubre todo el cuerpo llamada fascia.

El sistema fascial es el órgano más extenso del ser humano. Está compuesto por tejido conectivo que forma una red tridimensional que rodea, sostiene, suspende, protege, conecta y divide los músculos, vasos sanguíneos y linfáticos, nervios, órganos y
hueso.

El sistema fascial se reorganiza a lo largo de las líneas de tensión impuestas en el cuerpo.

Es decir, la fascia es un tejido de unión entre la
superficie y la profundidad del cuerpo.

Según su localización, se pueden distinguir dos tipos:

  • La fascia superficial: es aquella que encontramos
    directamente bajo la piel.
  • La fascia profunda: recubre los músculos
    (miofascia), órganos (fascia visceral), hueso
    (periostio), nervios, arterias y venas (paquete
    vascular).

Una de las funciones a destacar de la fascia es la importancia que tiene a la hora de transmitir información a la médula espinal sobre el estado de tensión del músculo que envuelve. Por otro lado, el periostio envuelve al hueso y le da su sensibilidad. En condiciones normales, para realizar un determinado movimiento, se utilizan grupos musculares específicos, según patrones de movimiento preestablecidos para cada persona y cada condición.

Las variaciones incesantes de longitud durante el movimiento mantienen la elasticidad de la fascia pero, cuando está mantenida en una posición acortada o sufre la tracción permanente por parte de un músculo, la cantidad de fibras de elastina tienden a disminuir, por lo que pierde su elasticidad y se retrae. Las restricciones en una región específica pueden reducir la amplitud del movimiento en otras áreas, alterando los patrones de
movimiento.

Como consecuencia, los movimientos en otras zonas se vuelven menos efectivos, menos precisos y más costosos en términos de energía. Esta situación puede llevar a una sobrecarga progresiva en diferentes segmentos del aparato locomotor, alterando su biomecánica y aumentando la predisposición a lesiones.

¿Qué hacemos en Kalpa Fisioterapia?

En el contexto de la terapia manual, empleamos técnicas de inducción miofascial. Estas consisten en aplicar una ligera presión constante al tejido, acompañada de sutiles estiramientos. El propósito principal es mejorar la movilidad y el deslizamiento de los tejidos. Cabe destacar que este proceso está controlado por el sistema nervioso central, lo que puede dar lugar a reacciones fisiológicas.

Al lograr la mejora del tono postural y el reequilibrio de las tensiones en las cadenas miofasciales, se obtiene un posicionamiento articular óptimo que el paciente incorpora gradualmente a su esquema corporal (Deulofeu, 2011). Por esta razón, creemos que el movimiento durante la terapia es esencial ya que nos ayudará a incorporar los cambios producidos en los tejidos y reestablecer los patrones de movimiento olvidados, prolongando, así, los efectos del tratamiento a lo largo del tiempo.

El sistema fascial, con su intrincada red de conexiones, nos recuerda que cada gesto, cada paso y cada movimiento importan.

y ahora, ¿notas como todo tu cuerpo está unido?

Referencias:

  1. Pinzón Ríos, I. D. (2018). Sistema Fascial: Anatomía, biomecáncia y su importancia en la fisioterapia. Revista Movimiento Científico issn-l:2011-7191, 12 (2), 1-12.2.
  2. Champignion, P., & Denys- Struyf, G. (2001). Cadenas musculares y articulares concepto G.D.S. Lencina- Verdú Editores independientes.